Supongo que a todo el mundo le pasara igual, ahora con la llegada del buen tiempo son muchas las casas en las que se empieza con las limpiezas generales, por lo menos en la mía de este próximo fin de semana no pasa, ya hemos llamado a los pintores es sin duda la mejor manera de higienizar. Lo que pasa que creo que hay que tomárselo un poco con filosofía y tranquilidad porque los excesos no son buenos de ninguna de las maneras, me refiero a los excesos en la limpieza, y es que yo cuando me pongo parece que no tengo hartura, dispongo de tiempo pero parece que cuando empiezas algo se debe terminar en ese mismo día o si no parece que no luce. Claro luego vienen los malestares y los dolores entre agujetas y músculos lesionados, que es justo lo que me pasó a mí el año pasado, que después de dejar la casa como los chorros del oro me tocó guardar reposo y cuidar un poco de mi cuerpo que lo había lesionado.

Parecerá una tontería pero desde luego no lo es, las molestias musculares suelen doler muchísimo más de lo que nos imaginamos y pueden llegar a limitar nuestra vida cotidiana en gran medida. A mí una amiga me habló de ir a esta clínica en la que me aseguraba que me sentiría mucho mejor, pero la verdad que no soy yo muy predispuesta a que una persona que no conozco me sobe el cuerpo aunque sea un profesional, quizás sea el pudor que no me deja dar un paso más, eso hasta que el dolor se convirtió en insoportable, a no poder estar ni en la cama, ni en una silla, ni de pie ni de ninguna de las maneras. Fue en ese momento cuando me decidí a ir y pedí cita enseguida, cebo decir que no me dejaron mucho tiempo eso sí la primera vez que me masajearon no sabéis como me dolió, pero según iban pasando los días noté los resultados,  los dolores empezaron a remitir y pude comenzar con mi vida normal de una manera lenta pero por lo menos podía dormir por las noches, además mee dieron algunos ejercicios para hacer en casa y en pocos días estaba como nueva. Esperando hacer otra limpieza pero desde luego de una manera más tranquila.