Una vida tranquila y apacible

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Me encanta mi vida, me encanta la manera en la que vivo y me encanta donde vivo. Desde hace ya varios años tengo mi residencia oficial en Valladolid y me encanta. Valladolid me da mucha vida, mucho trabajo, muchos amigos, muchas responsabilidades y mucha mucha felicidad.

Cuando tomé la decisión de venir a vivir a Valladolid mi madre puso el grito en el cielo, ¡pero dónde vas tú sola! ¡Tú estás loca! ¡Esto no va salir bien! En fin un montón de cosas que no me animaban precisamente, aúna sí tomé la decisión que creía era la correcta en esa etapa de mi vida y os puedo asegurar de que fue la decisión acertada.

Cuando llegué a Valladolid lo hice con una mano delante y otra detrás, apenas unos pocos ahorros y una maleta llena de sueños y de esperanzas. Trabajo encontré enseguida por mi amigo Mikel que me metió en su empresa de catering y ya con el tiempo fui haciendo amistades y subiendo escalones en el trabajo. Ahora no soy una simple camarera, ahora soy codirectora de la empresa  y la verdad es que me lo he ganado a pulso.
Tengo muchos amigos aquí, la verdad es que la gente me ha acogido mucho mejor de lo que me esperaba y eso me hace muy feliz, acabo de conocer a los trabajadores de Desguaceretovalladolid y estoy la mar de encantada, son unos chicos fantásticos y muy muy serviciales.

La vida aquí es muy tranquila, lejos de lo que yo pensaba, pensé que sería un lugar como Madrid o Barcelona pero sorprendentemente es un lugar más relajado, más tranquilo y más verde. La vida es muy tranquila y estoy muy contenta de vivir aquí. Regreso a casa cada vez que puedo, de lo contrario mi madre no me lo perdonaría y además solo hay dos horas de viaje de casa de mi madre a Valladolid por lo que no me cuesta nada bajar al pueblo a pasar el fin de semana o los puentes que se presenten. Mi madre ha venido un par de veces a verme pero no le gusta mucho, lo que en realidad creo es que todavía no me ha perdonado que me haya ido de casa y la haya dejado con el insoportable de mi hermano. Quiero mucho a mi madre y por ella dejaría Valladolid y me volvería con ella, espero que no me lo pida.

Un invento genial

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Muchas veces hay cosas que pasan por nuestra vida sin apenas causarnos impresión, pasan desapercibidas ante nosotros y ni siquiera nos damos cuenta de que existen, estas cosas suelen ser objetos cotidianos que lejos de existir para unos pocos son para todos aunque no lo sepamos.

 

Yo descubrí hace unos años las ventajas de tener en casa pizarras-blancas.es. No puedo vivir sin ellas, tengo en todas las habitaciones de la casa y a todas les doy un uso muy bueno. La que más utilizo es la de la cocina, en ella se escribe todo lo importante de la casa, las citas médicas, la lista de la compra, las fechas importantes y si ese mes había un evento especial. Muy útiles las pizarras blancas, además como son magnéticas puedo poner imanes como en la nevera y eso es de mucha ayuda para las notas o los documentos físicos que no puedo olvidar.

 

Cuando me decidí a poner una pizarra blanca en casa en primer lugar pensé en una de esas pizarras negras, de las que se usan con tizas, como en los colegios, después pensé que iba a ser demasiado engorroso, el polvillo blanco de las tizas por todas las partes de la cocina y me deshice de la idea tan pronto la formule en mi cabeza, entonces pensé en la pizarras blancas y en los rotuladores que se borran. Un acierto rotundo ya que en casa las utilizamos todos, no solo tengo una grande en la cocina, también hay una en la habitación de los niños y otra en la entrada, justo donde se cuelgan las llaves, así cuando salimos de casa y cogemos las llaves del coche, si hay algo que tenemos que hacer y está apuntado allí, ya no se nos olvida.

Para las personas despistadas como yo vienen muy bien, nos ayudan a recordar todas las cosas importantes, nos ayudan a no perder citas importantes y a que los niños no falten a los compromisos deportivos o a los cumpleaños a los que son invitados con mucho tiempo de antelación.

Ahora le voy a comprar una  a mi madre, no es que tenga mala memoria, es que de vez en cuando se le pasa algún que otro dato y así evitaremos que falte a una cita médica o se le olvide algo de importancia. También escribirá la lista de la compra o una receta que quiera compartir conmigo.